Si es cierto que has dejado de quererme,
yo te pido, por favor, no me lo digas.
Necesito hoy y todavía navegar inocente en tus mentiras.
Dormiré sonriendo y muy tranquila.
Me despertaré muy temprano por la mañana.
Y volveré a hacerme a la mar, te lo prometo.
Pero esta vez, sin atisbo de protesta o resistencia,
naufragaré por voluntad y sin reservas
en la profunda inmensidad de tu abandono.
Cuentos para pensar, Jorge Bucay.
Precioso.
ResponderEliminarBesos.
¡Qué bonito! A pesar de ser triste me hace sonreír.
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